Foto y fuente: in-memoriam
A las once de la noche del 5 de julio de 1978 la banda terrorista ETA asesinaba a tiros al joven DOMINGO MERINO ARÉVALO bajo la acusación, una vez más, de ser confidente de la Policía. El asesinato se produjo cuando la víctima aparcaba su vehículo en el Hotel Duque de Zarauz donde llevaba viviendo tres meses. Los etarras estaban en el interior del aparcamiento del hotel y, cuando le vieron llegar, le dispararon a corta distancia provocándole la muerte en el acto. La víctima presentaba seis impactos de bala.
El vehículo utilizado por los terroristas, un Citroën GS, fue robado a punta de pistola hacia las siete de la tarde a su propietario, Ramiro Ramírez Pérez, en la entrada de Zarauz. Ramírez Pérez fue amordazado y abandonado en el Alto de Orio.
En un primer momento se pensó que el atentado era obra de miembros de la extrema derecha, porque según declaraciones de un íntimo amigo, Eugenio Treku, Domingo simpatizaba con la izquierda proetarra. «Desconozco la identidad de los autores, pero estoy seguro de que son enemigos del País Vasco. Pensar en una represalia de ETA no cabe en mi cabeza. Txomin y yo teníamos unas ideas similares respecto al problema de Euskadi y luchábamos, como otros muchos, por salir adelante. Conocía muy bien a Txomin y estoy convencido de que no fue confidente de la Guardia Civil, como se ha dicho por ahí» (ABC 07/07/1978). Incluso se recibió una llamada en la revista Interviú en la que la Alianza Apostólica Anticomunista (Triple A) reivindicaba el asesinato y añadía, como coletilla, que «seguirían actuando». Por otra parte, Txomin Merino había sido detenido en el año 1973, y condenado a dos años de prisión por distribuir «propaganda subversiva» y tenencia de moneda falsa. Estuvo interno en las cárceles de Jaén, Madrid, Martutene y Logroño, donde cumplió un total de dieciocho meses de prisión.
Sin embargo, ETA reivindicó el atentado al día siguiente, argumentando que la víctima se encontraba íntimamente relacionada con la Guardia Civil y que tenían constancia del intento de Domingo de aproximarse «a los sectores revolucionarios de la izquierda abertzale» con el fin de pasar información a las fuerzas policiales. El extenso manifiesto acusatorio señalaba que, hacía poco tiempo, Domingo había usurpado la personalidad del etarra Txomin Iturbe para extorsionar a algunos empresarios y exigirles el pago de un impuesto revolucionario.
Los rumores sobre «la personalidad oscura» de Txomin Merino se dispararon en Zarauz, y se hizo alusión a su presencia cotidiana en establecimientos públicos, en los que «derrochaba fuertes sumas de dinero» a pesar de encontrarse sin trabajo fijo, dado que se dedicaba esporádicamente a la venta ambulante de tejidos, al tiempo que vivía en un hotel confortable no acorde con su poder adquisitivo.
Una hermana de Domingo declaró no tener ni idea de los motivos por los que fue asesinado. «Txomin nos mantenía al margen de todo lo que hacía. Por eso desconocíamos que hubiera recibido amenazas».
Las fuerzas de seguridad consideran que uno de los etarras que participó en el asesinato de Merino fue Pedro María Leguina Aurre, alias Txiki, Xepa y Kepatxu, extraditado por Francia en diciembre de 2001. Leguina Aurre está acusado de participar en más de veinte asesinatos entre los años 70 y 80.
Domingo Merino Arévalo, de 28 años, era natural de Ciudad Real, aunque vivía en el País Vasco desde los ocho años, cuando sus padres se trasladaron a la localidad guipuzcoana de Cestona. Tras su período de estancia en la cárcel, se fue a Francia, donde permaneció ocho meses. A la vuelta, se separó de su mujer y comenzó a trabajar en la venta de telas. Su mujer se trasladó a vivir a Logroño con la hija de ambos, de seis años.