Gloria Vázquez Herranz. Concejala de Igualdad.
Una niña de 14 años camina sola por la calle a las 7 de la tarde en otoño; un tipo que podría ser su abuelo la aborda: «¿cuántos años tienes?, ¿no tienes frío? ,tú ya harás cosas con los chicos»; ella se asusta y se aleja. Una chica se divierte en un bar con sus amigas, un tipo pasa por detrás, se le pega por la espalda y le manosea el culo. Una joven vuelve a casa sola por la calle de madrugada; en una esquina un tío le dice «ya te daba yo un buen repaso, para que sepas lo que es bueno» y ella sale corriendo aterrada.Otra chica va con un amigo a casa, se besan, pero cuando ella quiere irse él quiere seguir y la viola.Una mujer espera aterrada a que él abra la puerta, hasta comprobar que llega de buen humor; por eso pensó que esa noche no habría gritos ni golpes….la policía encontró el cadáver de la mujer con varias puñaladas.
Todas las mujeres sufrimos violencia en mayor o menor grado, sin olvidar la invisibilización, el ninguneo, el desprecio, como cuando la directora entra en la sala con su ayudante y el presidente le da la mano sin preguntar, «encantado de conocerle señor director». O cuando los medios de comunicación comentan lo sexi que está la surfista surcando las olas y lo bien que le queda el bikini…..
Todo esto pasa hoy en día.
La violencia hacia las mujeres tiene muchas formas, más o menos graves, pero el germen de todas ellas es el machismo. Vamos avanzando, sin duda. Pero queda mucho por hacer.Hace falta que los hombres se vuelvan intolerantes con el machismo, con el de otros y el propio, y las mujeres nos empoderemos y aprendamos a hacer frente a las discriminaciones.Hace falta otro modelo de relaciones personales y sociales basado en el respeto y los buenos tratos. Y si no existe lo construiremos.
